Europa, de otra manera

Es bien conocido el papel importante que desarrollaron a nivel cultural y político los lugares llamados, a partir del siglo XVIII, « Café ». Esta es la razón por la que, en homenaje a esta institución y a la idea de convivencia que ésta lleva implícita, hemos decidido denominar a nuestra asociación y a nuestro proyecto « Café Europa ».

La vocación de Café Europa es, tal es nuestro deseo, convertirse en un espacio de encuentro, de debate, de lectura y de reflexión abierto a todos aquellos que piensan que Europa no se limita a una organización económica y administrativa. Pueblos e individuos muy diversos decidieron un día bajar las armas, intentar convivir y construir, contra viento y marea, una comunidad abierta y dinámica. A esa buena voluntad, la denominamos « el espíritu europeo », un espíritu que, como el viento, sopla donde quiere.

Hablando claro : no se tratará aquí de definir, de cualquier manera, una « identidad » europea. Eso no es lo esencial, pues las identidades, por útiles que sean en la vida cotidiana, son perecederas y pasajeras. El espíritu, sin embargo, sopla a través de la generaciones y las inspira. Por supuesto recoge, en su trayecto, memorias y experiencias de vida. De eso y de cómo las grandes ideas y las grandes corrientes políticas, intelectuales y artísticas jalonaron la historia de Europa trataremos principalmente aquí.

Pero, como señala la filósofa Hannah Arendt, tras el poeta René Char, « Ningún testamento precede nuestra herencia ». O sea : debemos aprender a compartir, redistribuir, reinterpretar esa herencia histórica y cultural, inspirados por nuestro deseo de convivencia. ¿ Deseo o necesidad ? Tal vez ambos pues se acabó la época en la que nuestras naciones creían ser fuertes y autónomas. 

La interdependencia es, a partir de ahora, nuestro destino y, sin lugar a dudas, nuestra suerte. Hablando de la ley, el filósofo John Locke declaraba : « Su finalidad no es la abolición o la restricción, sino la preservación y el crecimiento de la libertad ». Lo mismo sucede con la interdependencia europea.

Nuestra herencia incluye también cambios e intercambios innumerables e imprevistos. Por ello hemos pensado en el nombre « Café Europa » ya que aúna una palabra de origen turco y otro, de origen griego. Así vive y crece Europa : de su vínculos con sus vecinos y sus andalucías.

Si bien el espíritu sopla donde quiere, necesita también enfrentarse con la materia. Esta materia la descubriremos poco a poco, a lo largo del tiempo y al hilo de nuestras discusiones. Ellas constituirán una buena oportunidad, tal es nuestro deseo, para construir una experiencia y un sentido compartidos.

En resumen, seamos Europeos pero, antes de todo, tengamos un « espíritu europeo » al igual que existe un espíritu abierto o fair play. De esa manera, todos los debates serán posibles, incluso los más contradictorios. Es esencial que Café EUROPA no sea el lugar de una camarilla o de un pensamiento único sino un espacio de diálogo, de expresión y, también, de disensiones y exploraciones múltiples.

 

El Equipo de Café EUROPA